martes, 8 de noviembre de 2016

CAMINANDO POR MACONDO

Un día, el niño Gabriel García Márquez iba asomado a la ventana en un tren amarillo, que no paraba de soltar serpientes de humo con cada pitido, y leyó en la entrada de una finca un letrero metálico azul que en letras blancas decía: Macondo. Y la palabra voló a esconderse en algún refugio de su memoria.
Macondo no nació el día que todos creen. Macondo tiene siete actas de fundación: tres tienen que ver con la aparición de este territorio de ficción en sendos libros; dos son citadas por primera vez por el autor sin que sus libros hayan sido publicados, y las otras dos provienen de sus vivencias que darán origen a ese pueblo mítico. Para dar con sus raíces hay que desandar la ruta de la imaginación de la gente a lo real.
Por eso, te propongo un viaje por estas tierras tan reales y tan mágicas y conocer a las gentes que la habitan. Coge sólo lo necesario: algo de material de escritura y tu creatividad y vamos a realizar un viaje tú y yo, junto con nuestra imaginación, y descubramos a sus habitante. ¡¡Sube, yo te llevo!!

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