lunes, 3 de julio de 2017

LA TARARA FLAMENCA





Este fin de semana se cumplían 20 años de la muerte de Camarón de la Isla y queremos recordar todo su arte flamenco con esta versión de La Tarara acompañado por Paco de Lucía. 

Camarón, Paco de Lucía y Lorca... ¡¡¡Cuánto MAESTRO junto!!!





lunes, 8 de mayo de 2017

ZENEMIG, "LOS RAROS" Y UNA NUEVA INVESTIGACIÓN

       Muchas veces las cosas más importantes suceden por casualidad y esta, sin duda alguna, es una de esas casualidades que le remueven a una. En mi caso la casualidad se debe a ZENEMIG.

    Releyendo hace unas semanas Rueda, rueda palomera (muy recomendable publicación sobre la Historia de Zuera entre 1920 y la Posguerra) y buscando información sobre las mujeres republicanas zufarienses, descubrí a una de ellas que me llamó mucho la atención y que la única información que los historiadores conocen de ella es que era madre, socialista y escribió durante 1932 en Vida Nueva., bajo el pseudónimo de ZENEMIG y que hacía alusión a su apellido escrito al revés: GIMÉNEZ.


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     Pese a que no era la primera vez que leía aquello, hasta entonces no me había percatado de ese descubrimiento. ¡¡Yo sabía perfectamente quién era esa socialista republicana!! CONSUELO GIMÉNEZ DE BUEN, madre de mi abuelo y matriarca de los Marcén Giménez, conocidos en mi pueblo como "Los Raros". Una emoción, recorrió todo mi cuerpo, las pulsaciones se me aceleraron y las ganas por investigar más sobre el tema me llevaron a acordarme, irremediablemente, de mi abuelo Eugenio. (Ay, yayo, que todas las historias que me contabas antes de la siesta van a cobrar un sentido para mi labor filológica...).

     ¡¡Quién nos lo iba a decir!! Abuelo y nieta unidos por unos "cuentos" reales que desembocan directamente en los artículos que tu madre escribió en una de las revistas políticas más relevantes durante la II República y que, por supuesto, he empezado a rastrear.

       Anticlericalismo, laicismo, socialismo, sindicalismo, feminismo, educación... son algunos de los temas que introduce mi bisabuela Consuelo en sus textos. Y, así, por casualidad, me he visto en la obligación de abandonar a Odón de Buen (con quien también comparto lazos genéticos) y de reconstruirte a través de tus palabras escritas, del retrato de tu hijo, de tus nietos y de quienes te conocieron y todavía pueden dar constancia de tu implicación ideológica y política con la República y la Libertad.



   Motivación y ganas no me faltan, así que aunque la tarea se prolongará durante algún largo tiempo, la aventura va a ser inigualable. Zenemig, tú y yo vamos a hacer algo grande.

      


martes, 4 de abril de 2017

EL VALOR DEL SIMBOLISMO NOMINAL Y POLÍTICO DE DOÑA BÁRBARA

La novela de Rómulo Gallegos Doña Bárbara, no es sino una manifestación de lo que se venía conociendo desde el Facundo de Sarmiento como la lucha entre civilización y barbarie. En esta ocasión, el contexto que se nos presenta es el de la problemática socioeconómica que se vive en Venezuela hacia 1922, fecha de publicación de la novela que nos ocupa.
            Esta pretensión del autor, nos lleva a encontrarnos una narración cargada de simbolismo político que realiza a través de los personajes y de las descripciones detalladas del paisaje. De esta forma, hemos considerado oportuno, en primer lugar, tomar algunos de los personajes más importantes de la novela y, posteriormente, analizar algunos otros aspectos que ayudan a completar esta simbología política tan interesante para que la novela trascienda en el tiempo.
            Para comenzar, tomaremos los personajes que se nos presentan con rasgo positivos. Santos Luzardo es el abogado protagonista que regresa a sus orígenes para vender la finca familiar. Su nombre nos evoca la luz y la santidad, ideas que estarán presentes en su trayectoria narrativa. Será quien encarne el progreso y la esperanza en el futuro a través de la modernización que pretende llevar en su explotación ganadera. Este criollo consigue restaurar el orden alterado de una forma pacífica, aunando posturas muy divergentes inicialmente como son civilización y barbarie. Esta visión positiva y utópica de Luzardo está estrechamente relacionada con otro personaje: Marisela. Esta joven es la hija ilegítima de Doña Bárbara, y por tanto, representa la barbarie. Sin embargo, se va transformado con la acción civilizadora de Luzardo. Su nombre simboliza el mar que, junto con la luz (Luzardo) dan vida a la alegoría de las ideas reformistas que el autor quiere plasmar en la novela y que se llevan a cabo a través de la educación.
            El simbolismo político de esta labor educativa es muy fuerte en toda la narración y de ello encontramos ejemplos ya desde los títulos de los capítulos. De esta forma, en “Los amansadores” se nos describe la doma de un potro que simboliza el alma salvaje de Marisela que, finalmente, será amansada y reeducada. Por otro lado, “La bella durmiente” es otro de los capítulos que hace referencia a esta alma dormida de la joven que ha despertado gracias al amor que siente a Santos Luzardo y de su intención reformista.
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            Frente a estos personajes se encuentra Doña Bárbara que simboliza la barbarie. Esta mujer de carácter seductor y destructivo, encarna los valores negativos de América. Se nos presenta como un personaje cerrado y embrutecido, una mujer que se rebela en un mundo dominado por hombres y que se vale de hechicerías y supersticiones para conseguir sus propósitos. Es el arquetipo de latifundista hispanoamericano que ejerce su influencia desde la finca “El Miedo”. En el capítulo “Los rebullones” el autor utiliza este título como símbolo del mal carácter de Doña Bárbara, ya que hace alusión a unos pájaros fantásticos con esa característica. Pese a esta visión negativa que se nos ofrece de ella desde comienzo de la novela, es capaz de darse cuenta de la realidad cambiante y en su último paseo será consciente de ello con una alusión al tópico clásico Tempus Fugit: Las cosas vuelven al lugar de donde salieron, es decir, todo vuelve a la calma inicial.
            Junto a Doña Bárbara aparecen sus peones, todos ellos con las mismas connotaciones negativas de bárbaros, violentos y rudos. Sin embargo, tendrá una caracterización especial Guillermo Danger. Este norteamericano que inicialmente era cazador de caimanes y después ganadero (o ladrón de ganado) simboliza la civilización. Sin embargo, la visión política que nos presenta es totalmente negativa: Es un explotador y oportunista; es corrupto y degrada todo aquello con lo que tiene contacto. No es sino la visión de la presencia incipiente y corrupta de EE. UU en Hispanoamérica, por supuesto, como una forma de Imperialismo negativa desde el nombre del personaje en cuestión: Mr. Danger (Sr. Peligro).
            Por otro lado, tenemos espacios físicos en la novela dotados de un gran simbolismo nominal: Altamira y El Miedo. La primera de estas fincas es la propiedad de Luzardo, mientras que la segunda es la de Doña Bárbara. No son sino una alegoría del bien y del mal, respectivamente.
            La procedencia del nombre de Altamira puede llevarnos a dos interpretaciones: la primera de ellas la que hace referencia a las cuevas prehistóricas cántabras, por lo que sería algo así como una hipérbole de la Antigüedad; la segunda, sería entender que el término procede de “alta-mira”, lo que haría alusión a la actitud reformadora del autor y, por tanto, a la modernidad. De esta forma, se unen lo antiguo con lo moderno que no es otra cosa que la utopía con la que sueña Santos Luzardo y que no es más que, en definitiva, la reencarnación de América que anhela Rómulo Gallegos.
            El Miedo, en cambio, sería todo lo negativo que conlleva la barbarie y, en definitiva, lo que encarna el personaje de Doña Bárbara. Sin embargo y, como ya hemos mencionado, el bien triunfará sobre el mal.
            De esta forma, la dureza que supone la vida en el llano y la lucha constante de los personajes para su supervivencia está presente constantemente en la narración. El hombre es capaz de fundirse con la naturaleza y con otros seres para adaptarse al medio en el que viven. Es así como los caracteres de los personajes evolucionan y se modifican a través de la justicia, la educación y el bien. Por tanto, la visión positiva que se nos presenta en Doña Bárbara difiere mucho de otras novelas como La vorágine, donde la selva te acaba arrastrando.

            Rómulos Gallegos ve que es posible que el hombre cambie y se adapte al entorno de una forma pacífica y renovada, aunando el esfuerzo y el trabajo de toda la sociedad y conformar así una nación como declara al final de la novela: ¡Llanura venezolana! ¡Propicia para el esfuerzo como lo fue para la hazaña, tierra de horizontes abiertos, donde una raza buena, ama, sufre y espera! […].

viernes, 24 de marzo de 2017

LA PERSONALIDAD DE DEMETRIO MACÍAS EN "LOS DE ABAJO" DE MARIANO AZUELA

Demetrio Macías se nos presenta en Los de abajo como un campesino que, por las injusticias que los federales han cometido contra él y su familia, se unirá la Revolución y acabará convirtiéndose en todo un héroe al más puro estilo de las epopeyas clásicas.
Ya desde la etimología de su nombre (Demetrio< Deméter), lo vamos a vincular con la agricultura, representando así el arquetipo del campesino mejicano, condición que seguirá ostentando incluso después de hacerse famoso por sus hazañas militares.
Es significativo señalar que la visión que se nos muestra de Macías es, como buen héroe que se precie, desde el punto de vista de quienes los aprecian y alaban, por tanto, cuenta sus descripciones cuentan con un sesgo totalmente subjetivo que nos presentan al revolucionario como todo un héroe épico., que irá evolucionando a lo largo de la novela.
El hecho desencadenante en el que se nos presenta ya a Demetrio como un hombre terrible tan solo con su presencia, es cuando tres soldados federales intentan violar a su mujer y robar en su casa. En esta situación, será sólo necesaria la presencia de Macías para acobardar a los delincuentes:
-        Chata, estás muy lejos; arrímate a echar un trago... ¿Cómo que no?...¿Le tienes miedo a tu... marido... o lo que sea?... Si está metido en algún agujero dile que salga..., pa mí ¡plin!... Te aseguro que las ratas no me estorban.

Una silueta blanca llenó de pronto la boca oscura de la puerta.
-        ¡Demetrio Macías! -exclamó el sargento despavorido, dando unos pasos atrás.
El teniente se puso de pie y enmudeció, quedose frío e inmóvil como una estatua».[1]

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Se nos representa, ya desde el primer momento, como todo un héroe épico temido por los federales y, como buen héroe, se encuentra solo al principio de la novela y volverá a quedarse solo al final.
La Revolución, por tanto, lo va a iniciar Macías desde su propio hogar, al ver cómo  han mancillado a él y a su familia. Este primer acercamiento al héroe se va a hacer desde una perspectiva humana en cuanto a ideas revolucionarias ya que lo que emanan son sus convicciones personales, de una forma un tanto ingenua ya que se siente totalmente capacitado para administrar justicia. Es por ese motivo, que consideramos que depende totalmente de Luis Cervantes en cuanto a la imposición de los ideales revolucionarios.
Al igual que muchos de los héroes de la Antigüedad Clásica, Demetrio Marcías tiene unas rutinas, en este caso, propias de su origen humilde: es campesino y ranchero y, como tal, se caracteriza. Además, como buen héroe, siempre sale ileso de las batallas:
[...] nosotros los rancheros tenemos la costumbre de bajar al lugar cada ocho días. Oye uno su misa, oye el sermón, luego va a la plaza, compra sus cebollas, sus jitomates y todas las encomiendas. Después entra uno con los amigos a la tienda de Primitivo López a hacer las once. Se toma la copita; a veces es uno condescendiente y se deja cargar la mano, y se le sube el trago, y le da mucho gusto, y ríe uno, grita y canta, si le da su mucha gana. Todo está bueno, porque no se ofende a nadie. Pero que comienzan a meterse con usté; que el policía pasa y pasa, arrima la oreja a la puerta; que al comisario o a los auxiliares se les ocurre quitarle a usté su gusto... ¡Claro, hombre, usté no tiene la sangre de horchata, usté lleva el alma en el cuerpo, a usté le da coraje, y se levanta y les dice su justo precio! Si entendieron, santo y bueno; a uno lo dejan en paz, y en eso paró todo. Pero hay veces que quieren hablar ronco y golpeado... y uno es lebroncito de por sí... y no le cuadra que nadie le pele los ojos... Y, sí señor; sale la daga, sale la pistola... ¡Y luego vamos a correr la sierra hasta que se les olvida el difuntito![2].

Será así como, con rapidez, se convierta en el jefe de la banda, en una figura imponente ante los federales. Por ese motivo, encontramos similitudes con algunas epopeyas clásicas en momentos como la despedida de su mujer y su hijo pequeño de Macías que nos recuerda a la despedida final de Héctor en la obra homérica.
            Inicialmente, la humanidad de Macías será uno de los rasgos predominantes en su personalidad que se irá tornando más vanidosa al creerse el éxito de sus batallas y empezarse a visualizar él mismo como todo un héroe. Las primeras batallas se nos muestran como casi un juego, entendemos que Azuela quiere dejar entrever la inocencia del héroe debido a su inexperiencia; sin embargo, el punto álgido en su evolución heroica se da cuando empieza a mostrar una gran insensibilidad hacia la muerte, algo que vemos con la de don Mónico:
- ¿Por qué pelean ya, Demetrio?

Demetrio, las cejas muy juntas, toma distraído una piedrecita y la arroja al fondo del cañón. Se mantiene pensativo viendo el desfiladero, y dice:

-Mira esa piedra cómo ya no se para...[3].
Del héroe vengador que busca la justicia del pueblo y de los suyos, Demetrio Macías actúa ahora como un federal, asesinando a aquellos de su grupo que intentan huir porque ya no lo respetan, pese a compartir la misma lucha: la Revolución.


Pero este episodio de la muerte de don Mónico no es el único que anuncia el declive del héroe. Tras llegar a casa, su mujer le confiese el temor porque le pueda ocurrir algo malo, sin embargo, al igual que todos los héroes, Macías debe continuar la empresa que empezó. Es así como comienza la segunda salida y donde encuentra la muerte el héroe revolucionario, en el mismo lugar en el que inició su camino a la cima.
De esta forma, Demetrio Macías se vuelve a quedar solo como al principio de la novela, algo característico también de su condición heroica, volviendo así a su condición inicial de campesino ligado a la tierra y no a lo divino:
El humo de la fusilería no acaba de extinguirse. Las cigarras entonan su canto imperturbable y misterioso; las palomas cantan con dulzura en las rinconadas de las rocas; ramonean apaciblemente las vacas. La sierra está de gala; sobre sus cúspides inaccesibles cae la niebla albísima como un crestón de nieve sobre la cabeza de una novia. Y al pie de una resquebrajadura enorme y suntuosa como pórtico de vieja catedral, Demetrio Macías, con los ojos fijos para siempre, sigue apuntando con el cañón de su fusil...[4].

En definitiva, nuestra opinión en la evolución del personaje de Demetrio Macías no es la de vencedor, sino más bien lo contrario. Inicialmente se nos presenta como un ahuyentador de los federales con su sola presencia. Esta visión más humana del protagonista se va tornando en la de héroe todopoderoso que está por encima del bien y del mal e, incluso, por encima de los ideales de la Revolución. Pese a tener varias señales que le advierten del peligro inminente, Macías no le teme y acaba siendo derrotado por su enemigo, volviendo a la tierra que cultivaban sus manos y la que lo vio crecer. El único reconocimiento que lo revive de vez en cuando es la lectura de Los de abajo de Mariano Azuela.




[1] Mariano Azuela, Obras completas, I, p. 322.
[2] Idem, pp. 346-347.
[3] Idem, p. 416.
[4] Idem, p. 418.

miércoles, 22 de marzo de 2017

CELEBRANDO LA POESÍA CON SALINAS

              Ayer fue el Día de la Poesía y fueron muchos los poemas que se colgaron en redes sociales y muchos los actos que se realizaron en centros educativos, plazas, bares, bibliotecas... ¡¡¡Porque cualquier espacio es perfecto para reunirse en torno a la Literatura!!! Y yo, aunque no publicase nada, también lo celebré leyendo poesía.

     Esta Tarara Loca lleva unos días inmersa en la historia de amor entre Pedro Salinas y Katherine Whitmore y redescubriendo los usos de los pronombres en La voz a ti debida. Algo que estoy reviviendo como si fuese el propio Salinas: amo, gozo, lloro, gimo... vivencio un amor fuera de los estereotipos sociales que busca, únicamente, el encuentro cuerpo a cuerpo con el otro como forma de autoconocimiento.

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    Puedo decir orgullosa que la Investigación Literaria es una tarea que me resulta, cada vez, más apasionante y con la que logro disfrutar cada día. Por eso, te propongo estos versos de Salinas con la intención de que puedas revivir su historia de amor:

                  Para vivir no quiero
                  islas, palacios, torres.
                  ¡Qué alegría más alta:
                  vivir en los pronombres!
                  Quítate ya los trajes,
                  las señas, los retratos;
                  yo no te quiero así,
                  disfrazada de otra,
                  hija siempre de algo.
                  Te quiero pura, libre,
                  irreductible: tú.
                  Sé que cuando te llame
                  entre todas las gentes
                  del mundo,
                  sólo tú serás tú.
                  Y cuando me preguntes
                  quién es el que te llama,
                  el que te quiere suya,
                  enterraré los nombres,
                  los rótulos, la historia.
                  Iré rompiendo todo
                  lo que encima me echaron
                  desde antes de nacer.
                  Y vuelto ya al anónimo
                  eterno del desnudo,
                  de la piedra, del mundo,
                  te diré:
                  “Yo te quiero, soy yo”.
                  Pedro Salinas, La voz a ti debida, 1933.

martes, 21 de marzo de 2017

ESTO NO ES UN CUENTO...

Un nuevo curso de Formación Permanente del Profesorado sobre Aprendizaje Basado en Proyectos me ha llevado a presentarme de una forma diferente al resto de mis compañeros.

Así que aquí te presento mi PREZZI con los contenidos que el tutor nos pedía:


jueves, 10 de noviembre de 2016

EL VIAJE DE SAID

Said, un niño marroquí, cruza el estrecho. Al otro lado, en el país de las oportunidades, descubre que el mundo no es tan bello como le habían contado.

El Viaje de Said es un cortometraje musical de animación de plastilina. El relato se adentra en los graves problemas de la inmigración que se vienen registrando en Canarias y en el Sur de la Península por parte de los miles de africanos que buscan el sueño europeo, aunque eso suponga pasar un sinfín de calamidades y de situaciones muy adversas. Se trata de un cortometraje para el que se han empleado más de 18.000 fotografías de muñecos realizados con plastilina y que ha necesitado hasta dos años de trabajo intenso por parte de un equipo muy amplio.