lunes, 4 de abril de 2016

DE CÓMO EL MUNDO CLÁSICO LLEGÓ A LA LITERATURA OCCIDENTAL

       La Historia Literaria se  divide, como bien sabemos, en periodos con diferentes nomenclaturas que vienen determinados por criterios literarios. Con estas normas y otro tipo de consideraciones históricas (sociales, políticas, culturales) hemos de justificar las distintas etapas.
          Para ordenar los primeros siglos de creación literaria se recurre al concepto de Edad Media y se habla, por tanto, de literatura medieval. Es un concepto que cobra su pleno sentido en oposición y en contraste con el Renacimiento. En este sentido, debemos señalar que los límites de la Edad Media deben fijarse entre los siglos X-XI hasta el siglo XV. Son siglos en los que prevaleció la oralidad y sirvió para que se cristalizasen las lenguas romances.

Pese a que se considera que las civilizaciones Griega y Romana fueron derribadas por completo con la llegada del Cristianismo, debemos señalar que esta visión del mundo clásico sólo fue transformada, aunque bien es cierto que Europa Occidental sufrió un gran retroceso en muchos aspectos como el cultural.
          El renacer de la civilización de Occidente se debió, entre otras causas, por el redescubrimiento de la cultura grecolatina y que se inició hacia el año 1100, y que entre los años 1400 y 1600 alcanzó su mayor esplendor en cuanto a influencia de los modelos clásicos se refiere.

La Edad Oscura.
          En este periodo no desaparecen totalmente los referentes a la época clásica. Un ejemplo de ello es la continuación del uso de las lenguas clásicas. En el caso del griego, estaba extendido y asumido como lengua en todo el Mediterráneo Oriental, Egipto, Palestina, etc. Es por ello que el Antiguo Testamento se escribiese en griego y no en otra lengua. El latín, por el contrario, se hablaba en la mayor parte de la Europa Occidental y el Norte de Italia.
          Sin embargo, el influjo lingüístico desapareció casi por completo en Europa Occidental durante la Edad Oscura, imponiéndose el latín como lengua clásica imperante. Esta supervivencia, se dio de tres formas diferentes: con la aparición de las lenguas romances que derivaban del latín vulgar; en la Iglesia católica, traduciéndose la Biblia al latín para que fuese entendida por todos.
          En el mundo de la religión y los monasterios, también sobrevivieron algunos modelos clásicos a través de las copias de los manuscritos. Los monasterios se erigieron como centros de cultura y a los estudiantes les enseñaban latín a través de obras de autores clásicos.
          El último rastro del mundo clásico durante la Edad oscura lo encontramos en el recuerdo de la  mitología, aunque bien es cierto que se hace de una forma parcial y extraña puesto que, en muchas ocasiones, no se adaptan a la idea monoteísta del Cristianismo.

La Edad Media.
          El mayor auge de lo clásico durante la Edad Media se da en el ámbito de la educación, que intentó seguir como modelo a imitar la educación latina. Es de esta forma como aparecen las primeras universidades y se profundiza en lo educativo en determinadas órdenes eclesiásticas.
    
    
         Es significativo, del mismo modo, que la lengua imperante en el mundo de la cultura medieval era el latín, aunque poco a poco irán ganando terreno las traducciones y algunos textos inéditos en lenguas romance. Esto hizo que se leyese a los poetas latinos y se los imitase en muchos aspectos diferentes y, del mismo modo, que se los estudiase.

El Renacimiento.
          En contraposición a la lenta aparición del  mundo medieval, el renacentista apareció y se impuso con una gran rapidez en la cultura europea occidental. Esto tuvo mucho que ver con los descubrimientos que se llevaron a cabo en este periodo: la aparición de textos clásicos o nuevos territorios hasta entonces inexpugnables como América o el cuerpo humano, suponen un nuevo cambio de concepción del mundo y del ser humano, que se reflejará directamente en la literatura. Lo mismo sucederá con el redescubrimiento del griego como lengua de cultura a través de los bizantinos que viajaban a Italia y a través de manuscritos antiguos escritos en la lengua helena y que fueron descubiertos en este periodo.


          De esta forma, los hombres del Renacimiento comienzan a conocer, entender y empatizar con los autores clásicos, perfeccionando así sus estilos literarios y conociendo nuevas formas de escribir hasta entonces sepultadas por el oscurantismo anterior, fortaleciéndose así la importancia de lo estético y lo bello, siempre basado en los modelos del mundo grecolatino.

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