martes, 12 de abril de 2016

LA EDUCACIÓN ESPARTANA Y LAS MUJERES.


 Características del sistema educativo espartano.
                   El objetivo primordial del sistema educativo espartano era formar unos ciudadanos preparados para luchar en cualquier momento. Será, por tanto, una educación de índole militar y cívica donde los contenidos sobre educación física primarán sobre los más intelectuales, sobre todo en época clásica.
          Los deportes hípicos y, sobre todo el atletismo, serán  la seña de identidad de las enseñanzas deportivas en Esparta, cuna de grandes atletas olímpicos. Una de las características de esta práctica es que la llevaban a cabo con sus cuerpos desnudos y cubiertos con un linimento. Por otro lado, las enseñanzas más intelectuales venían representadas por la música, sobre todo la danza y la lírica coral. Estos contenidos artísticos servían para poner en alza el valor patriótico de la educación espartana.
          Sin embargo, hacia mitad del siglo VI a.C. Esparta comenzó a estancarse en el ámbito cultural y, por tanto, también en el plano de la Educación. Esto se debió, entre otros aspectos, a que dieron la espalda a las artes, centrando su educación únicamente al plano militar, tornándose así más violenta y cruel y formar así a los mejores hoplitas.
          El sistema educativo espartano se caracterizaba por la agogé que era un periodo entre los siete y los veintiún años donde el menor pertenecía al Estado en un proceso de extremada dureza donde la disciplina y el adiestramiento serán claves en esta forma de educación colectiva entre iguales.
          Por otro lado, es significativo que mencionemos el carácter maquiavélico y déspota con el que se adiestraba a los jóvenes espartanos. La mentira, el robo y el disimulo eran contenidos bien aprendidos y asimilados durante la agogé. Es, por tanto, el reflejo totalitario donde sólo los más fuertes sobreviven, por lo que deberán adaptarse al sufrimiento pasando por pruebas de extremada dureza que forjarán en carácter obediente y combativo de los espartanos.


 La mujer espartana.
                 Para entender la educación de las mujeres en Esparta, deberemos plantear algunas de las diferencias clave con respecto a la mujer ateniense. Para ello será necesario que hagamos referencia a algunos textos clásicos donde se nos da información de cómo era el mundo femenino espartano, aunque siempre teniendo en cuenta que los textos serán únicamente producidos por autores atenienses y no espartanos.
          Podemos tomar en primer lugar La República de los Lacedemonios de Jenofonte, donde nos explica cómo la mujer espartana vivía volcada al exterior. Estas mujeres eran adiestradas para la carrera y la lucha al igual que los hombres, de ahí sus cuerpos tan fibrosos y, en ocasiones, extremadamente masculinizados. Esta desnudez atlética les servía como forma de incitación al matrimonio: mostrando sus cuerpos desnudos, hacían ver su capacidad para resistir un embarazo y para dar a luz una descendencia fuerte y vigorosa.
          Por otro lado, es significativo que menciones algún texto de Plutarco como la Vida de Licurgo donde se nos muestra el ritual de matrimonio, entre otros asuntos. La mujer espartana era raptada, rapada y vestida de hombre antes de ser violada sobre un jergón. Además añade que los encuentros entre esposos eran clandestinos, puesto que el único encuentro de la práctica sexual era la procreación. Esto posibilitaba que estuviese permitido acostarse con esposas de otros espartanos siempre y cuando se asegurase la descendencia. Una vez más, se nos presenta, al igual que el caso ateniense, a la mujer como instrumento de procreación. En este caso, Plutarco habla de que la mujer espartana es una potra reproductora, un vientre fecundo para el mejor semen.
          Por lo tanto, pese a que consideran que la mujer debe ser educada en iguales condiciones que el hombre, siguen relegándola a la maternidad como única función a desempeñar, al igual que hacía la sociedad ateniense.

La educación de las mujeres.
                      Como hemos mencionado anteriormente, la educación masculina y femenina se realizaba simultáneamente en la sociedad espartana. Sin embargo, hay algunas peculiaridades que llaman la atención en la educación de las mujeres y que queremos destacar en estas líneas, sobre todo en la época arcaica, en donde todavía se consideraban importantes los contenidos musicales y artísticos.
Los estudios de música ayudaban a crear un espíritu autocrítico y competitivo cuyo objetivo eran las represen-taciones públicas de los coros (Alcmán, PMG 1, 97-99). Estas informaciones las obtenemos a partir de textos de autores de la época, como es el caso de Alcmán, poeta que vivió en Esparta durante el S. VII a. C. Un ejemplo de esta educación son los coros y, con más precisión, los coros femeninos.
En la formación coral, el poeta era el educador del alumnado, ya fuese femenino o masculino, aunque se ejercitaban por separado, la educación musical femenina era una copia de la masculina. La mayor diferencia entre unos y otros es que la persona que los dirigía era de diferente edad y de diferente sexo, además de recibir otro nombre: en el caso de los varones, era el eirene; y en el caso de las mujeres era la choregos. Sin embargo, el poeta será siempre el director, compositor y educador (Rodríguez, 2014, 39). Por otro lado, algunos autores indican que los coros suponen una pervivencia del poder femenino.
Los coros eran un halo de relativa libertad para las espartanas donde subsistía la presencia social de éstas; es decir, los coros eran el ámbito donde la mujer intervenía en la sociedad de Esparta como resquicio de un antiguo “matriarcado” mientras que el control del Estado era dominado por los hombres a pesar de que las mujeres tenían muchísima influencia en las decisiones de sus maridos. (Toynbee, 1969, 362).

Es decir, los coros suponían el espacio en el que las mujeres espartanas podían mostrarse en sociedad con cierta libertad, mostrado así su funcionalidad social y que están preparadas para convertirse en mujeres. (Rodríguez, 2014, 40).
          Por tanto, la educación musical en el seno de un coro, forman parte de la educación espartana, legitimando así un orden social en el que las mujeres también participan valiéndose de la competitividad como recurso:
Hagesícora está ahí.
Pero Agido, la segunda en belleza, tras ella,
Corre como un corcel escita junto a uno lidio.
Porque con nosotras, que a la Aurora
Le llevamos el arado ritual,
Compiten las Pléyades que surgen
Cual la estrella de Sirio en la noche divina.
(Alcman, PMG I, 56-57)

Vemos en este texto la importancia, también en el ámbito femenino, de la educación física y deportiva. Estas enseñanzas suponen una preparación del cuerpo femenino para el parto y para concebir hijos más sanos y fuerte. Además, tiene cierta significación erótica, ya que se presentan casi desnudas ante los hombres, como mercancía en un puesto del mercado, y mostrar sus “encantos” a los hombres allí presentes. El entrenamiento físico de las muchachas espartanas en los gimnasios de la ciudad tendría como uno de sus objetivos principales estimular eróticamente a los jóvenes, con la vista puesta en el

matrimonio y en la procreación de hijos. Esto nos conduce a referirnos a dos cuestiones muy debatidas: la promiscuidad de los sexos durante la práctica del deporte y la supuesta desnudez de las muchachas espartanas cuando realizaban sus ejercicios, pero sería motivo de otra línea de investigación que aquí no va a ocuparnos.

Retomando la importancia del deporte en la educación femenina espartana, vemos cómo ya Plutarco nos habla de ello indicando que Licurgo ordenó que el sexo femenino ejercitase su cuerpo no menos que el masculino. Es por ello que entre estas disciplinas deportivas que practicaban las espartanas se encontraba la carrera, el salto, diferentes pruebas de atletismo como lanzamiento de jabalina y de disco, saltos… prueba que se denomina pentathlon, aunque el deporte más extendido entre las espartanas fue, sin duda alguna, la carrera, también utilizada como ritual.
Puesto que realizaban unos entrenamientos similares, cabría la posibilidad de plantearnos si los entrenamientos se realizaban conjuntamente hombres y mujeres o se realizaban por separado, puesto que uno de los fines era el erótico. No se tiene constancia de ello, sin embargo, sí se sabe con certeza que las jóvenes utilizaban los mismos espacios de entrenamiento que los muchachos y que, generalmente, los entrenamientos los realizarían vestidas aunque con ropajes muy escasos, quedando la desnudez relegada a situaciones puntuales, como nos indica Plutarco sobre las órdenes que estableció Licurgo:

(…) eliminando toda forma de molicie, educación sedentaria y feminidad, acostumbró a las muchachas no menos que a los muchachos a participar desnudas en procesiones y a cantar y a bailar en algunas festividades religiosas, estando presentes los jóvenes como espectadores…La desnudez de las doncellas no tenía nada de indecoroso, ya que estaba presente el pudor y ausente la incontinencia. (Plutarco, 2010, 14).


Esta característica de la desnudez en el deporte femenino, fue algo que escandalizó a los atenienses, por lo que describirían o representarían a las mujeres espartanas siempre desnudas, para acentuar lo indecoroso y escandaloso que suponía esa situación para la mujer y, más aún, siguiendo los ideales de la modélica Atenas.



REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
·       Cepeda Ruiz,j (2004), “La mujer en Esparta, épocas arcaica y clásica”, M.I. DEL VAL (ed), La historia de las mujeres: una revisión historiográfica, Valladolid, Universidad de Valladolid
       Mosse, C. (1990), La mujer en la Grecia clásica. Madrid.
·       Rodríguez Alcocer, Mª del Mar (2014) “Alcmán y la educación femenina espartana: coros y deporte” en Antesteria Nº3, Madrid, Universidad Complutense de Madrid.
·       Villa, J. de la (2004), Mujeres de la Antigüedad, Madrid.

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