La verdad, es que hay que decir que esta película es muy dura. Yo creo que por lo menos hay que verla una vez en la vida para que te haga valorar lo que tienes y empieces a pensar en ello. Básicamente, lo que ha despertado en mí, ha sido la empatía. En todo momento, me he puesto en su lugar y me preguntaba: ¿y si me hubiera pasado a mí?, ¿y si hubiera sido la hermana menor?, ¿cómo lo hubiera afrontado?, ¿podría yo sola con esa carga (siendo la hermana mayor)?, ¿seguiría teniendo esperanzas de vida o no me esforzaría en vivir?...
En verdad, siento pena por aquellos que han tenido que pasar por esto o lo están pasando; porque, desgraciadamente, en el mundo siguen existiendo estas horribles guerras.
Estoy segura de que si existieran las lámparas mágicas con genios y sus tres deseos, un deseo que quisiera que se cumpliese, sería la paz eterna y el fin de las guerras.
Laura Muñoz 2º ESO F
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