A
lo largo de la Historia de la Literatura, se han tomado los mitos como fuente
de inspiración y como motivo de continuas reinterpretaciones que han dado lugar
a interesantes variantes.
Si
atendemos más detenidamente a el por qué se toman los mitos como punto de
partida en las obras literarias,
atenderemos, primeramente, a que sirven para describir hechos históricos.
Por otro lado, se toman como símbolos de verdades filosóficas; y,
por otro, sirven para explicar procesos naturales para los que resultan
recurrentes.
1.
Interpretación
de sucesos históricos.
Esta
reinterpretación comenzó ya en la misma Grecia con el autor Evémero, quien se
sirvió del mito para explicar que todo lo que éstos narraban no eran sino
hechos históricos que necesitaban ser ensalzados y contados a la población.
En
relación al tema histórico también se puede relacionar con la reinterpretación
cristiana en donde relacionan a las divinidades clásicas con demonios que
poblaron la tierra antes de la llegada de Jesucristo. Esta idea aparece
reflejada en el Paraíso recobrado de
Milton.
También
se asegura que los mitos relacionados con los grandes héroes son en realidad
acontecimientos bélicos que sucedieron entre clanes de la época de las grandes
migraciones o que, por otro lado, hacen referencia a revoluciones religiosas.
2.
Símbolos
de verdades filosóficas.
Esta
idea sobre la mitología clásica apareció en Europa en el S.XIX en Alemania con
una obra de Georg Friedrich Creuzer titulada El simbolismo y la mitología de los pueblos antiguos, aunque sería
en Francia donde alcanzaría una mayor repercusión, con ejemplos como El politeísmo helénico de Louis Ménard.
Por
otro lado, también se relacionan con los símbolos que se relacionan con los
procesos de los sentimientos y del alma humana. Max Müller tomó para ello la
teoría solar en la que describía que los dioses se relacionan con los doce
signos del Zodíaco por los que pasa el sol. Sin embargo, en la actualidad está
en desuso.
3.
Explicación
de procesos naturales.
Esta
reinterpretación suele relacionar los procesos humanos, animales y vegetales de
reproducción con la mentalidad de las sociedades primitivas. Este grupo lo
conforman un extenso número de mitos que vemos reflejados en la obra de Sir
James George Frazer La rama dorada.
4.
Explicación
de procesos psicológicos.
En
este grupo está la reinterpretación que proponen los Psicoanalistas,
encabezados por Freud, quien toma de la mitología para expresar actitudes y
procesos psicológicos permanentes en el ser humano. Por ello hablará del
“Complejo de Edipo” y del “Complejo de Electra” y acuñará el término
“narcisismo” relacionado con el personaje mitológico de Narciso.
Otro
psicoanalista clave será Jung, quien considera que los mitos representan
símbolos de los deseos y pasiones que
toda la humanidad siente, pero no reconoce.
5.
Reinterpretación
literaria.
Son
numerosos los autores que han reinterpretado los mitos de forma literaria,
produciendo así un elevado número de obras ambientadas en un marco moderno,
pero con las mismas tramas y conflictos de la Antigüedad clásica. Al igual que
los autores clásicos, los toman como instrumento para poner de manifiesto
problemas de índole moral y política que resultarían más complicados tratar
directamente.
El
iniciador de esta corriente fue el francés André Gide con obras como Filoctetes o Prometeo mal encadenado. En Alemania también se escribieron dramas
de esta temática con anterioridad a la Primera Guerra Mundial con ejemplos como
Electra de Hugo von Hofmannsthal, Las troyanas de Franz Werfel o
Antígona de Walter Hasenclever.
Sin
embargo, esta reinterpretación no sólo se dio en Europa, sino que también tuvo
una gran repercusión en Estados Unidos con obras como El luto le está bien a Electra de Eugene O´Neill o Medea de Robinson Jeffers.
Por
otro lado, encontramos reinterpretaciones que versan sobre historias de héroes
malditos como la historia de Ícaro que nos presenta Lauro de Bosis; O
el Sísifo de Albert Camus. No hay
héroes malditos que se precien como Prometeo
y Epimeteo, mito que reelaboró Carl Spitteler. Este mismo autor, publicó
varios años después un relato titulado Primavera
olímpica que cuenta la dinastía de los dioses griegos hasta que acaba
cayendo el Imperio de Zeus.
Son
muchas, como ya hemos mencionado, las obras que reinterpretan los mitos griegos
en la Literatura más reciente como Las
moscas de Sartre, Antígona de
Jean Cocteau o No habrá guerra de Troya
de Jean Giraudoux, entre otros. Ante esta situación debemos preguntarnos el por
qué la recurrencia a los mitos clásicos en este momento. Highet nos propone
varias razones que nos parece interesantes mencionar:
1. Se
buscan temas de relevancia que puedan servir al autor como argumento de autoridad
y que resulten más convincentes.
2. Los
mitos traspasan época y todo el mundo tiene referentes de ellos o puede llegar a tenerlos, teniendo
así una significación determinada.
3. Acercando
los mitos a los hombres actuales, los convierten en más reales.
4.
Los
mitos son fuentes inagotables de poesía.
Las tragedias que hemos mencionado con
anterioridad, pese a tener evocaciones a la Antigua Grecia, están escritas en
un estilo totalmente moderno. Además, algunos aspectos puros de la tragedia
clásica como es el coro, ahora ha desaparecido. Pese a ello, los argumentos son
puramente clásicos.
Aunque son muchos los elementos clásicos que
comparten estas obras con las grecolatinas, los autores se esfuerzan por
introducir rasgos que los caractericen y, de cierta forma, los sitúen en una
época moderna y, para ello, se valen del lenguaje.
Quizás si estos
dramaturgos no hubiesen tomado como referencia los mitos clásicos, no hubiesen
sido capaces de representar algunas de las problemáticas que asolan a la
Humanidad desde el principio de los tiempos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario