martes, 17 de mayo de 2016

LOS PRECURSORES DEL HUMANISMO LITERARIO


Con una matriz común a la Edad Media surge el Renacimiento que tiene sus raíces en la época medieval aunque su principal pretensión en hacer renacer la cultura grecolatina a través de modelos artísticos, políticos, etc. Este movimiento se inicia en Italia durante la primera mitad del S.XIV y dejó una importante huella en todas las disciplinas europeas. En la misma época del Renacimiento, empieza a desarrollarse esa caracterización tétrica de la Edad media, periodo de crisis entre la civilización clásica y su resurgir en el Renacimiento. Para muchos, se fija entre el S.XIII-XIV.

Petrarca.
          Aunque sólo pertenece a una generación posterior a Dante, son muchas las diferencias que los separan. Una de estas diferencias, es que Petrarca conoció las obras clásicas mucho mejor que su antecesor por lo que, entre otros asuntos, estaba muy familiarizado con el teatro de Séneca, Terencio o Plauto; o con las sátiras de Juvenal. Además, Petrarca intentó aprender griego, lengua que Dante no conoció nunca. No obstante, ambos escribieron en latín e italiano.



          Las influencias del mundo clásico en su producción literaria son más que notables. Encontramos rastros de la Eneida en su epopeya África, basada en las hazañas de Escipión el Africano. Del mismo modo, en sus Églogas se ve un claro influjo, de nuevo, de Virgilio, en este caso de las Bucólicas. En cuanto a sus obras filosóficas destaca la influencia de Platón y Boecio en el Secreto.
          Pese a que ya Dante había realizado este esfuerzo de aunar el mundo griego y latino en su obra literaria medieval, Petrarca lo hace de una forma más moderna, pese a ser menos brillante, ya que fue más fiel a los preceptos clásicos y era lo que se exigía en los albores del Renacimiento.

Bocaccio.
          Al tratarse de un discípulo de Petrarca, escribiría, como su maestro, en latín e italiano, aunque utilizó un estilo más llano, popular y picaresco como bien podemos observar en el Decamerón.
          El Decamerón es un conjunto de cuentos en prosa que narran cómo un grupo de cortesanos se refugian de la peste en una finca, alejados de preocupaciones. Pese a que su antecedente más claro serían los cuentos orientales ya que no tiene un modelo clásico, sí retoma modelos grecolatinos para otras de sus obras como la Teseida. Esta obra se trata de un poema épico que sigue formalmente la estructura de la epopeya de Virgilio, y en ella se nos narran las guerras libradas por el héroe griego Teseo.
          Se podría decir, además, que Bocaccio es el padre de la novela moderna con su novela escrita en lengua romance vulgar Fiametta, que trata de asuntos amorosos. Casi todos los recursos estilísticos utilizados en esta novela están tomados de la poesía clásica y el marco conceptual también proviene del mundo antiguo.
          También fue uno de los iniciadores de la Querella de Antiguos y Modernos que, entre otros asuntos, contraponía el cristianismo frente al paganismo, opción con la que se sentía más cómodo, como buen autor moderno.

Chaucer.
          Fue un gran conocedor de la literatura francesa e italiana, puesto que era conocedor de estas lenguas romances. Su obra más importante y que sigue el modelo del Decamerón, son los Cuentos de Cantórbery.
                 Pese a que no fue un estudioso de los clásicos, sí se ve su influencia a través de obras más modernas como la italiana o el Roman de la rose francés. Lo que está claro es que imita a Dante todo el tiempo, lo que le hace cometer los mismo errores aunque mucho más groseros que los del italiano.
  Aunque cita a bastantes autores clásicos, sólo conoció a unos pocos latinos. Por lo tanto, se puede confirmar que fue conocedor de segunda mano, en su mayor parte, del mundo clásico.

                 En su primer poema titulado El libro de la duquesa, utiliza como fuente las Metamorfosis de Ovidio, utilizando algunas de sus fábulas tanto al comienzo como al final de la obra. En la Casa de la Fama y en la Leyenda de Dido, reconstruye la Eneida, centrándose en el tema amoroso. Boecio le influirá en composiciones filosóficas a través de la traducción que realizó de Consolación de la Filosofía. Y, como no, mencionará a Cicerón en otras ocasiones.
                 Sin embargo, el principal interés de Chaucer que deja plasmado en sus obras son, por orden de importancia, la vida inglesa contemporánea, la lírica amorosa y la lectura de los clásicos.



                   Se considera que durante la Edad Media el mundo clásico quedó ocultado en su totalidad, sin embargo, observamos que no es del todo cierto; no se ocultó, sino que se mostró parcialmente y con bajo el filtro del cristianismo. Sin embargo, los modelos que perdurarán a lo largo de toda la Historia de la Literatura, empiezan a ser ya notables en este momento: Ovidio, Virgilio, Séneca… En este contexto, debemos destacar que serán más influyentes los autores latinos que los griegos, entre otros asuntos, porque es la lengua latina con la que están más familiarizados los hombres de cultura medievales.
              
                 Este oscurantismo que se impuso durante la Edad Media en relación a los conocimientos sobre el Mundo Clásico, se verá fuertemente modificado por la llegada del Renacimiento, movimiento artístico  que buscará en la cultura grecolatina el modelo a seguir tanto en las artes como en la Filosofía y su forma de concebir el nuevo mundo que se les presenta con muchas más posibilidades.


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